Carmen Roger recibió patadas en la cabeza
Cuando escribo estas líneas ya están volviendo a casa, en barco rumbo a las Canarias, los 14 activistas españoles agredidos –según me contaron ellos mismos por teléfono— por policías marroquíes de paisano cuando estaban participando en una manifestación prosaharaui en El Aaiún. La paliza fue tal que dos de ellos acabaron en el hospital. El resto, primero detenidos en comisaría y después confinados en la Casa de España de esta ciudad.
Este grave incidente ha provocado en nuestro país dos grandes corrientes de opinión. La mayoritaria, en defensa de los activistas y, por ende, en defensa de la causa prosaharaui. Una corriente de opinión que copa los teletipos del domingo y que pone en solfa la eficacia de la visita del ministro Rubalcaba hace casi una semana a Rabat para entrevistarse con el ministro del Interior marroquí. De "puro teatro" lo ha calificado la oposición.
La segunda corriente de opinión es interesante porque ha salido de nuestro país pero como si hubiera salido del vecino. Que los activistas estaban participando en una manifestación no permitida por el reino alauí, que por tanto era una protesta ilegal y que de ahí la comprensión de la actuación policial.
Queda meridianamente claro que desde los medios españoles se está denunciando la descompensación entre el presunto acto delictivo de los activistas y la carga policial de los agentes vestidos de paisano. Atendiendo siempre al testimonio de este colectivo, que ha tenido que pasar el domingo encerrado en la Casa de España porque se temía por su integridad física –no lo olvidemos—me parece, cuanto menos, desmesurado que llevar una pancarta o gritar lemas por la independencia del Sáhara se merezca patadas en la cara a una mujer. Otra vez mujeres agredidas a ese lado de la frontera, como las agentes de la Policía Nacional en Melilla.
Anoche les conté en PUNTO RADIO la operación retorno de los activistas y cómo los políticos están poniendo otra vez a Marruecos de vuelta y media o como la diplomacia a veces se entiende que funciona a patadas, porque lo que pasó el sábado me parece una brutalidad aquí y, como dijo Carod Rovira, en la China Popular y en la otra.
Ahora mismo, velada dominical en España, Zapatero está en 'la otra' porque, por la hora que es allí, está durmiendo en China. Hoy lunes arranca su gira por el Lejano Oriente, que también le llevará a Japón. Pensando en buscar nuevos mercados para combatir mejor nuestra crisis, está fomentando la 'marca España' en los nuevos motores económicos. Sí, también lideran la inmigración procedente de Asia, pero miren dónde fue fabricado su portátil, iPhone, iPod, iPad... No, los Nokia son finlandeses, pero también se ensamblan en el continente asiático, como los Motorola estadounidenses.
Citaba marcas de móviles no por la publicidad, que en los informativos no se hace, sino porque ZP mucho 'marca España' pero poco marca Marruecos. Da la impresión de que hay una relación de teléfono roto con Rabat.
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