El teletipo de EFE saltó durante el primer minuto del informativo de las 14:00, golpeando al estómago porque venía cargado de las peores noticias, confirmando la muerte de dos militares españoles en Afganistán. El texto remitía a un comunicado de Defensa que, en efecto, también nos había llegado y ya estábamos imprimiendo. No caben dudas.
Es como un pellizco en el estómago. Otro más, porque el domingo ya venía cargado de cadáveres, tres de una misma familia en un incendio en Vélez Málaga, pero aquello había sido un accidente doméstico. Esto es otra cosa, es el producto de la sinrazón y la barbarie. Esto se podía haber evitado. Los periodistas, los que estamos cómodamente sentados en un estudio a miles de kilómetros, pisando moqueta y regulando a placer el aire acondicionado, no somos ajenos a los nacionales que se juegan el pellejo cada vez que se levantan del catre y se montan en el blindado. De hecho, tenemos la responsabilidad de contarles como mejor sepamos que ahí están, que ahí siguen, velando por nuestra seguridad desde desiertos remotos y montañas lejanas.
Uno se sabe transmisor de malas noticias. El relato oficial, leído en diagonal mientras contamos otros titulares del día, confirma que las familias ya están informadas. La familia directa, se entiende, pero quizá no el resto: los tíos, los sobrinos, aquellos primos lejanos, los compañeros del colegio, la pandilla de amigos, aquella primera novia. El resto lo va a leer en un digital, verá la foto en la televisión o se lo voy a contar yo justo en ese momento. Y ahí, en esa milésima de segundo, si aún nos queda un poco de alma a los periodistas, nos tira de la garganta hacia abajo, para que caigamos un poco más al infierno antes de abrir la boca.
Los que me conocen saben que no callo, dentro y fuera del micrófono, y este fue el único segundo de afonía que dejé en la antena de PUNTO RADIO este fin de semana. Entiendo que no fue casual y que ahí está impreso el dolor que uno, al final, no puede o no sabe esconder. Fue un llanto ahogado; la indignación brotó por la noche. Aquí os la dejo. A quien pueda interesar.
@japinero