Santiago no fue un santo

La mayor parte de los periodistas son tan políticos

como los diputados y los concejales

Es interesante que lo diga quien se metió en política porque les conoció trabajando como cronista parlamentario. Os dejo el perfil que dibujé en el aire. Con el debido respeto, porque el personaje tampoco era un santo. La diferencia es que tampoco deseo que haya acabado en el infierno. He aquí la Historia, con mayúsculas, de Santiago Carrillo.

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El futuro está aquí

Los periodistas estamos muy inquietos con la velocidad de las nuevas tecnologías y la implantación de nuevos soportes para leer, escuchar la radio o ver la televisión. Nos rodean las pantallas, de múltiples tamaños. Siempre pensé que, a más medios, más necesidad de periodistas que alimenten y vigilen estos canales. Iluso de mí. La multiplicidad de medios reparte el mismo público objetivo y, en un negocio donde sigue imperando la cantidad sobre la calidad, es una ruina que 'toquemos a menos'.

Por esa regla de tres, la fragmentación de la audiencia ante la variedad de medios, la radio habría podido desaparecer hace décadas, pero el medio se fue adaptando a las virtudes y los horarios de los canales audiovisuales. Ahora nos escuchan más por las mañanas, cuando la demanda de información es incompatible con quedarse quieto delante de un televisor porque hay que acabar en el baño, poner la tostada y chuparse el atasco habitual. Y viceversa. El prime time nocturno se fue a la TDT y la radio mantiene a esa hora una audiencia fiel, pero menor.

Llego a la misma conclusión de otros posts aquí publicados: renovarse o morir. Los soportes están creciendo a un ritmo exponencial, por encima del número de lectores, oyentes y espectadores. Así que, a más soportes, multipliquemos también los medios con nuevos formatos gracias a internet. Desde aquí quiero dar mi humilde bienvenida a los nuevos digitales eldiario.es, sevilladirecto.com y cordopolis.es, que han nacido en las últimas horas. Larga vida y prosperidad, que falta le hace al Periodismo.

No puede ser casual que el último tirón de orejas del Rey a los nacionalismos lo hayamos conocido a través de la nueva página web de la Casa Real. En este nuevo tiempo, en el que todo está interconectado, en el que vivimos en red, no hay tiempo para quedarse atrás. Vaya un ejemplo más, con toda la modestia. Para aquellos que se lo perdieron, aquí va el perfil que dibujaba esta tarde en ABC Punto Radio de la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre. Viva la radio a la carta. Gracias, internet.

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La mujer implacable

Es imposible que olvide el único día de mi vida que estuve junto a Esperanza Aguirre, a pocos metros de distancia. Fue un jueves. 1 de diciembre de 2005. Uno de los días, porque no ha sido el único, en los que Esperanza volvió a nacer. Francamente, me sorprendió. Más allá del ropaje político, por encima de los discursos, descubrí a la mujer implacable que es la expresidenta. Después de haber mirado de cara a la muerte, salió del helicóptero con una sonrisa. Fuera del perímetro del accidente, no tardó ni un par de minutos en atender a los medios de comunicación que allí estábamos, para tranquilizar a todos. Para tranquilizarnos. Ella a nosotros. 

Es imposible, por tanto, que olvide el día que ha abandonado la primera línea política. Después de aquello, de los atentados de Bombay y de haber superado un cáncer, también me pregunto cuáles son los motivos de peso que han acabado con la mujer implacable que descubrí aquel primero de diciembre. Cuando escribo estas líneas todavía son un misterio. Solo sé que, como entonces, es una superviviente. Capaz de ponerle una sonrisa a su último impacto en la sala de prensa.

Pasado, presente y futuro

Contando con este lunes 10 de septiembre de 2012, ya son 16 años, tres meses y dos días compartiendo algo más que hipoteca con Belén. Somos dos bichos raros en esta profesión, en la que las relaciones saltan por los aires ante los horarios incompatibles con la vida social y los kilómetros incompatibles con la vida marital. 

En nuestro caso tampoco hay secretos. Dicen que para conservar una relación hay que tener mucha paciencia y muy mala memoria. Es posible, pero no es lo único. Uno jamás se plantea semejante hazaña, y menos con poco más de 20 años. Nos acabamos tomando las cosas con tanta calma que retrasamos la boda una y otra vez. Tenemos tiempo, nos decíamos. Para cuando ahorremos un poco más. Mejor después de comprar una casa. Para cuando mejoren los trabajos... 

En otras culturas, las parejas se casan cuando están a punto de morir, después de haber pasado toda una vida juntos. Belén y yo pensamos que, a la luz de lo que duran algunas relaciones hoy en día, 15 años eran suficientes para celebrarlos con toda la gente que nos quiere. De ahí la fiesta con enlace incluido, tal día como hoy, el 10 de septiembre de 2011, en nuestro coqueto rincón de Robledo de Chavela.

Aquel día echamos muchísimo de menos a los abuelos que fueron testigos de nuestros tres lustros como pareja de hecho y que se perdieron la boda. Allí les recordamos una y otra vez gracias a ella, la protagonista de la imagen que preside el post que estás leyendo y que jamás habría querido escribir. A sus 88 años recién cumplidos, mi abuela Amelia se hizo cientos de kilómetros en coche, ida y vuelta a Cádiz, para no perderse la boda de su único nieto. Se lo pasó en grande, se puso ciega con el banquete y hasta se echó unos bailes.

Mi gran Amelia, esa abuela que todos queremos como si fuera una segunda madre, se fue el 23 de agosto. Este primer aniversario de boda, entre fiestas y celebraciones, no habría sido completo si no me hubiera sentado ante el ordenador estos minutos y le hubiera dedicado esta humilde nota. 

A muchos, por desgracia, seguro que ya os ha pasado. Cuando se marcha alguien tan cercano, automáticamente se recalifican todos los problemas. El dolor despeja incógnitas, ordena ideas, remueve sentimientos. No digo que os caséis mañana si estáis ennoviados, pero sí que resolváis los posibles conflictos que tengáis con la familia. Descuelga el teléfono y dile que les quieres, que les echas de menos. No dejes para mañana lo que puedas arreglar hoy.

Y vive. Deja de mirar tanto internet, cierra la pantalla y vive. El par de minutos que has echado leyendo estas líneas nunca volverán. Este lunes jamás se repetirá. Tengamos siempre presente lo que dejamos en el pasado, porque nos enseña cómo debemos aprovechar nuestro futuro.

Decálogo de dudas sobre el 'caso Bretón'

1.- Los hermanos desaparecieron el 8 de octubre de 2011 y el informe de la forense (ahora relevada) donde aseguraba que los restos óseos encontrados en la finca de Las Quemadillas eran de animales está fechado el 11 de noviembre. El error será técnicamente posible y moralmente perdonable, pero nunca podrá decir que trabajó con prisas, aunque sí bajo presión. Tuvo más de un mes para firmar el resultado y todo este tiempo, desde entonces, para haber reconocido semejante pifia. Nunca es tarde.

2.- ¿Por qué hemos tardado tanto en conocer los nuevos informes que contradecían la hipótesis inicial? ¿Tal era el estado de shock de la familia?

3.- Me pregunto si la familia materna de Ruth y José tiene ahora el derecho de poder reclamar daños y perjuicios por tener que soportar semejante agonía añadida al drama del asesinato de los pequeños.

4.- Aún no entiendo que ningún agente consiguiera una confesión del padre. La mente de este criminal me supera. Como dijo Mark Twain "no deseo la muerte a nadie, pero me alegraré de leer su obituario".

5.- No leo nada sobre los familiares paternos en el auto del juez de Córdoba, pero aún sospecho de la presunta complicidad de los padres de Bretón en todo este asunto. No digo que participaran en los crímenes, pero su encubrimiento sería de una complicidad enfermiza. O quizá no tengan la culpa del monstruo que engendraron.

6.- ¿Es posible hacer un fuego de semejantes proporciones sin que se percaten los vecinos de la finca?

7.- Para ser el abogado defensor de Bretón hay que tener mucho estómago.

8.- Legalmente será reprobable, pero el cuerpo me pide cadena perpetua para Bretón y que se pudra en la cárcel. Y que Dios le perdone, pero en otra vida.

9.- ¿Hasta cuándo piensan estirar tanto dolor las televisiones privadas?

10.- Tampoco olvidemos el caso Wanninkhof: Dolores Vázquez fue declarada culpable por un crimen que no había cometido y pasó 17 meses en la cárcel. 

Relax

En ocasiones me refugio en las letras y me arropo con la música. 

Me tomo el derecho de llegar al límite

al que nadie va nunca

y termino en un tren averiado en el que no conozco a nadie.

Donde el dolor y las aspiraciones dan lo mismo

cuando mueres.

Ahora estoy perdido y pidiendo ayuda.

Relájate, tómatelo con calma,

porque no hay nada que podamos hacer.

Relájate, tómatelo con calma,

No es culpa tuya ni mía.

Es como si estuviera asustado.

Es como si estuviera aterrorizado.

Es como si estuviera asustado.

Es como si estuviera jugando con fuego.

Asustado.

Es como si estuviera aterrorizado.

¿Estás asustado?

¿Estamos jugando con fuego?

Relax.

Hay una respuesta a los tiempos más oscuros.

Está claro que no lo entendemos, pero lo último que pasa por mi mente

es dejarte.

Creo que estamos en esto juntos.

No grites - hay tantos caminos que seguir.

Relájate, tómatelo con calma,

porque no hay nada que podamos hacer.

Relájate, tómatelo con calma,

No es culpa tuya ni mía.

Relájate, tómatelo con calma,

porque no hay nada que podamos hacer.

Relájate, tómatelo con calma,

No es culpa tuya ni mía.

Relájate, tómatelo con calma,

porque no hay nada que podamos hacer.

Relájate, tómatelo con calma,

No es culpa tuya ni mía.

La lección de Frankenstein

Aunque conservo un ejemplar en la estantería dedicada a las aventuras, se dice que Frankenstein de Mary Shelley es el primer libro de ciencia ficción. Se lo consultaré a mi editor de cabecera para contrastarlo. 

El doctor Víctor Frankenstein crea un monstruo que acaba asustando a su propio creador. El hecho de cruzar las barreras lógicas de la ciencia, generando la chispa de la vida con trozos de cadáveres, acaba generando el rechazo de su entorno. Con todo, el ser más incomprendido de toda la historia es el propio engendro. Se ve que es buena gente, pero difícil de ver. Se siente solo. Pide ayuda a su creador, sueña con una compañera y éste se la niega. La venganza acaba en derramamiento de sangre. 

La obra tiene dos siglos. No me llaméis spoiler.

La noche del sábado fue diferente. Asistí (con grandes amigos) a la penúltima noche de Frankenstein en el Teatro Arenal de Madrid. Gran representación, mi enhorabuena a toda la compañía. Sé que se van de gira, así que si actúan cerca de ti, no te la pierdas. Más allá del dramón, reconozco que me emocionaron los diálogos entre Daniel Ortiz (doctor Frankenstein) y Pablo Méndez (criatura).

Al primero le ciega la ambición. Al segundo, la falta de amor. Ambos lo acaban perdiendo todo, por cabezones. Creo que todos llevamos un monstruo dentro. Pues que ahí se quede.