10 enero 2021

Una negra nada


El informe completo, aquí

Ni el manto blanco de la nevada pudo tapar tan negro augurio. En plena ventisca, sentí un remolino en el estómago cuando leí a Zumeta que la radio había perdido 100 millones de euros en nueve meses. El agujero de la pandemia. Desconozco cómo hacen los políticos para retorcer los números, perder 100 escaños y aplaudir qué victoria.

Le di la vuelta a la tabla de pérdidas, hice el pino puente y nada. Me duelen todos los porcentajes negativos como carámbanos clavados en el corazón de mi memoria. Los diarios, -32. Las revistas, -45,5. Los dominicales, -59,1. Somos la primera generación que estamos dando la espalda al papel, con la de siglos que nos costó mejorar el papiro. Leer una publicación siempre me ordenó la cabeza como periodista: la apertura en portada, el número de columnas, si está publicado en página par o impar, el arte del diseño gráfico, la tinta en los dedos, el recorte dentro del libro como visado para viajar a ese tiempo. La entrada de cine como marcapáginas. Ay, el cine, -65,9. Un cadáver rozando la temperatura de vacunación.

Este es el futuro del sector. Toca renovarse o morir, pero el coronavirus no puede ser la excusa para precarizar lo digital y despedir al profesional. El Periodismo no está en crisis, sino los medios. Lo demostramos a golpe de confinamiento. Pero temo que, bajo la nieve que pisan los reporteros, haya una negra nada.

03 enero 2021

Los camaleones del Congreso



La pandemia está siendo un acelerante para la melancolía. El último billete de ida y vuelta siempre lo compro para el pueblo, uno de esos pocos lugares en Andalucía donde sobreviven camaleones. Quedan más en África, pero los del pueblo parece que se han escapado de un casting de
Parque Jurásico. No verás correr a un camaleón. De sangre gorda, pero con varias armas secretas, cual Anacleto. Los ojos, saltones, pueden mirar cada uno a un lado distinto. Uno a Cuenca, otro a Rota. La piel cambia de color. Es un pasada. Cuando te guiña una mancha blanca sobre la cal, ahí está. No es camuflaje, dicen, sino que cambia el reflejo de la luz cuando se estresa. Y la lengua, enorme, más grande que él. Hay que pedir el VAR para ver cómo se zampó la mosca de un latigazo. Pegamento en la punta lleva. La Naturaleza. Me acordé del camaleón del pueblo cuando leí esta semana sobre Lorena Roldán. Del naranja al azul y bien alimentada sin apenas mover músculo. Y quedé prendado de la lengua de Salvador Illa. El candidato será Iceta. Estoy preparado para ser candidato. Fuera, dentro. Y la radio aplaudiendo la argucia. Oh, la estrategia. La mentira como camuflaje para la supervivencia. Reptiles alimentados de insectos. Los camaleones del Congreso.