30 marzo 2012

Sobre la frustración sindical


En este estado quedó la unidad móvil de ABC Punto Radio tras la manifestación convocada por los sindicatos en Madrid. Le arrancaron el logotipo del periódico, pegaron pegatinas pro huelga y le acabaron pinchando una rueda. Todo mientras nuestros compañeros, periodistas y técnicos, estaban trabajando en la Puerta del Sol, donde acabó la marcha. 

Hasta cierto punto es comprensible la frustración sindical. Lo digo porque el jueves aparqué en el parking de siempre, desayuné en mi bar habitual, hice cuatro compras en el super de mi barrio, llevé la ropa a la tintorería, merendé en mi pastelería de cabecera y me fui de tapeo a la esquina de mi casa. Como un jueves cualquiera. En efecto, desde el punto de vista sindical, lo que acabo de contar debe de ser cabreante. 

Mi más absoluto respeto para los que ejercieron su derecho de huelga como para los que fueron a trabajar. Mi más absoluto desprecio para aquellos que intentan imponer por la fuerza aquello que no consiguen mediante con la palabra. 

29 marzo 2012

Ahogando las penas


Por encima de los radicales, prefiero quedarme con la picaresca y el buen rollo de los primeros protagonistas que me encontré en la Puerta del Sol a las 6 de la mañana: decenas de estudiantes que no pensaban ir hoy a clase y que mañana tampoco porque se van de vacaciones de Semana Santa. Buena gente que acabó cantando unas coplillas al micrófono, sin duda fruto del estado de embriaguez. En el fondo, me temo que más de uno acaba ahogando las penas para no mortificarse con un futuro laboral tan incierto. Con todo, así quedó el reportaje emitido sobre la otra cara de la huelga general en el informativo Primera Plana


28 marzo 2012

Voy a la huelga, pero a contarla



Vivo con esta pregunta a cuestas desde que era estudiante de Periodismo. La cuestión fue planteada durante una conferencia por un reportero de guerra y periodista gráfico: imaginad que sois testigos de un tiroteo contra una multitud en medio de un conflicto. Cuando la avalancha huye despavorida de los francotiradores, comprobáis que queda un niño malherido en medio de la calle. Está sangrando de manera abundante. No puede moverse y agita los brazos con desesperación. Sus gritos de dolor te desgarran por dentro. Y ahí estás tú, detrás de la alambrada, a unos metros de la víctima. Entonces, ante ese panorama, preguntó: ahora tú qué haces.

La sala fue un clamor. Ayudar al chaval a toda costa, gritaban, a riesgo de resultar herido o de morir en el intento. Pobre criatura, exclamaban. Pues hice todas las fotos que pude y me fui corriendo al hotel para revelar las fotos y enviarlas a mi periódico, concluyó el colega. Esta es la lección que aprendí aquel día, qué camino tomar en plena encrucijada. Llega un momento en la vida en el que tienes que postularte, tienes que poner algo por delante, tu estómago o tu profesión. Los periodistas estamos para contar lo que pasa. Para eso nos pagan. Su foto dio la vuelta al mundo y sirvió para denunciar aquella barbarie. Una imagen que sirve para advertir a la población, para movilizar a los gobiernos, para enseñar la verdad. Una realidad que se habría perdido si hubiera optado por soltar la cámara, saltar la valla y socorrer al crío.

Escribo estas líneas unas horas antes de la huelga general del 29-M. Mañana, millones de personas serán protagonistas de una gran historia, tanto los que van a secundarla como los que no, que ahí está el debate. Y, en este caso, los profesionales de la información tampoco somos ajenos al motivo que ha provocado la protesta, el rechazo de los sindicatos de trabajadores a la reforma laboral del nuevo Gobierno del PP. El paro y el miedo a perder el trabajo son las principales preocupaciones de los españoles, según el CIS. Actualmente, con los datos del INEM en la mano, más de 5.000 periodistas están sin empleo. Solo en 2011, cerca de 2.000 se quedaron en la calle. Conozco a muchos. Son de todas las edades. Unos lo seguirán intentando, otros ya han tirado la toalla. El resto, emigró. En proporción, somos uno de los sectores más castigados por la crisis, después del ladrillo y sus filiales.

Así que me imagino en la misma calle en la que están pegando tiros por doquier. Me puede alcanzar cualquier disparo, como al resto. Pero mañana no tendré encima un botiquín, sino un micrófono, así que tengo muy clara cuál es mi función. A ver si es verdad que todo el mundo se queda en casa, que todas las tiendas cierran, que las avenidas se quedan vacías, que la calle es un clamor. O no. Tengo muy claro mi papel en esta guerra, así que mañana voy a la huelga. A contarla.

27 marzo 2012

Micrófonos abiertos


No me lo creo. No me creo que fuera un accidente la conversación entre Barack Obama y Dmitri Medvedev que captó un micro abierto durante la Conferencia de Seguridad Nuclear de Seúl. Venga ya, hombre. Dos mandatarios de las principales potencias del mundo, bien bregados en la oratoria, charlando abiertamente sobre el sistema de defensa antimisiles. Y yo voy y me lo creo. 


No doy crédito después de haber visto todas las temporadas de The West Wing, El Ala Oeste de la Casa Blanca aquí en España. Recuerdo un episodio en el que el presidente Bartlet comete una presunta imprudencia durante una entrevista televisada, cuando el directo ya había acabado pero aún estaba pinchada la señal de la cámara. Ahí va el spoiler, porque al final del capítulo se descubre que el presidente se había ido de la lengua intencionadamente, cuando sabía que el piloto rojo seguía encendido. La cara de sorpresa cuando le preguntaban sobre el asunto era puro paripé. Que el velo de la polémica no les tape la picaresca de los protagonistas. 

Sin entrar en un análisis pormenorizado de la diplomacia internacional, el encuentro consigue dos objetivos: sentar las bases de la relación con el amigo ruso sobre un asunto muy importante y mostrar al electorado estadounidense que está convencido de la reelección. "Ésta es mi última elección. Después de mi elección, tendré más flexibilidad". Brillante Obama.

26 marzo 2012

¿Fe de erratas?

Portada del 5 de febrero de 2012

Me niego a creer que los periodistas somos incapaces de hacer autocrítica. De la mano de los expertos demoscópicos, debemos reconocer (quizá una vez más) que nos dejamos cegar por los sondeos. En la crónica que preparé para este mediodía no pretendía hacer sangre ni buscar culpables, solo dejar constancia de unos hechos que -aunque sea pronto para reconocerlo- ya han pasado a la Historia. Resumiendo: menuda cagada.

@japinero

08 marzo 2012

Ellas


Miro a mi alrededor y solo estoy rodeado de grandes mujeres, pasadas y presentes: mi madre, abuelas, tías, primas, mis amigas, compañeras, jefas, becarias… Qué haría un tipo como yo sin una mujer como la que tengo a mi lado. Qué haría el mundo sin ellas.

Por todo, sigo sin entender que necesitemos de un Día de la Mujer para recordar, una vez al año, que se merecen más de lo que la sociedad machista en la que vivimos les da nada más nacer. Machista porque necesita de un Día de la Mujer porque ¿el resto del año es de los hombres? Celebraré el Día de la Mujer justo el día que desaparezca, el día que no haga falta. Todo sería diferente si todos recordáramos más quién nos ha parido.

@japinero

07 marzo 2012

Vetusto melómano

Me considero un melómano desde que tengo uso de razón. Mi padre me cantaba El abuelo Vítor de Víctor Manuel cuando estaba en la cuna, me cuentan. Aún conservo los elepés de colores de Parchís. Tuve una bolera de plástico, pero yo cogía los bolos, los utilizaba de micrófono y me ponía a cantar (y a bailar) el Super Super Man de Miguel Bosé. Todo esto antes de pisar el colegio. Después vendrían las clases de flauta y de órgano, las primeras cintas rockeras, las infinitas tardes en la radio pinchando discos, los guateques, las fiestas del Chami.

Nunca me he separado de mi colección de discos, que movía por doquier con un maletín marrón para los vinilos y otro amarillo para las cintas. Son... miles. Ahora, prácticamente todo está en internet, la mayoría con buen sonido, vídeos incluidos. Bien lo saben los miembros del sexteto que ha despertado de nuevo mi gusto por la buena música al margen de las tendencias. Vetusta Morla es el resultado de años de trabajo en pequeños foros, alimentados poco a poco a través de la red.

Por eso, su último concierto en el teatro Nuevo Alcalá de Madrid de la gira por teatros y auditorios estaba lleno de móviles grabando la actuación, aunque lo prohibía la entrada. Que la SGAE nos perdone. Todo sea por poder compartir con vosotros tres minutos de música irrepetibles. Durante todo el concierto canté y bailé, como cuando era un crío. Aquí lo que se nota, por lo menos, es que tengo buen pulso... cuando hay buen gusto.


@japinero

06 marzo 2012

Pishing en Twitter... ¿mande?


Por lo que leo, el primero en dar la voz de alarma en este nuevo caso de "pishing" fue Risto Mejide. Si no me equivoco, Berta Collado hizo lo propio porque también había recibido semejante mensaje de marras: un presunto gancho y un enlace acortado, para que acabaras picando.


Si pinchabas (ya está denunciadísimo y apagadísimo) te aparecía un página de entrada bastante similar a la de Twitter, para que escribieras tus datos personales. Si no te fijas bien puedes caer. Nunca olvidemos que las redes sociales son un fiel reflejo de la sociedad. Eso quiere que a ambos lados de la pantalla sobran hijos de puta. Cuánto bien harían si apagaran el ordenador y abrieran un libro o encendieran la radio, por ejemplo.

Si tienes un par de minutos, así lo contamos hoy...


@japinero