10 julio 2013

Rabia



Cuando me ha llamado Belén para decirme que había muerto Concha mi primera reacción ha sido de rabia. Pura rabia. "Qué mierda de vida" han sido las primeras palabras que he espetado al auricular. Sé que así es la guerra contra cualquier enfermedad, que así te la juega una leucemia. En toda guerra se ganan batallas, no todas y hay bajas. Y esta duele como si hubiera estallado en mi propia familia.

Hace 13 años, cuando no era más que un novato en Onda Cero, fue un placer compartir con ella el micrófono en 'Hoy es domingo', uno de los espacios más brillantes de su carrera. Cuánto me ayudó, hay que ver todo lo que aprendí. Después, tuve la suerte de pertenecer al equipo que fundó, con ella y Luis del Olmo entre otros muchos, la desaparecida Punto Radio en 2004. 'Campoy en su punto' no tuvo igual. Talento extraordinario, mucha clase, qué elegancia, cuánta bondad, ¡menuda voz!

Los caminos profesionales nos acabaron separando y la foto corresponde a la última vez que nos vimos, en una entrega de premios en Madrid. Sonrisa eterna, siempre tan amable, saludando a todo el mundo y disfrutando de aquel momento profesional en el que sería su penúltimo programa, 'Las mañanas de Cuatro'.

Con el Periodismo en horas bajas, con la lista de referentes profesionales en crisis... no. Concha, no. Va a ser cierto que siempre se van los mejores. Pues qué rabia. Hasta siempre, Concha.